¿Soltar para ir por algo más grande o manejar ambas responsabilidades?

Carolina Mejía es una de las figuras políticas más populares del momento. Su gestión como alcaldesa de Santo Domingo ha sido ampliamente reconocida por su eficiencia, transparencia y cercanía con la ciudadanía. Su partido, el PRM, la ve como una potencial candidata presidencial para las elecciones del 2028. Sin embargo, ¿sería conveniente que Carolina dejara su cargo actual para empezar a trabajar una carrera por el Palacio Nacional en 2028?

En este artículo, analizaremos los beneficios y los riesgos de esta decisión, desde la perspectiva de un PRMista que ha sido parte de varias campañas electorales en el país, incluyendo las tres de su padre.

Primero hablemos de los beneficios de no ocupar un cargo público mientras ella postula para presidenta

Uno de los beneficios de no ocupar un cargo público mientras se trabaja en la conformación de un equipo político con miras a la presidencia es que se evita el desgaste político que implica gobernar una ciudad tan compleja y demandante como Santo Domingo. Carolina podría dedicarse exclusivamente a recorrer el territorio nacional, presentar sus propuestas y consolidar su imagen como una líder nacional, sin tener que lidiar con los problemas cotidianos de la gestión municipal.

Otro beneficio es que se evitaría los comentarios maliciosos que podrían surgir de posibles conflictos de intereses en donde se le acuse de utilizar los recursos públicos para fines electorales. Carolina podría mantener una distancia ética y legal de los recursos públicos, y no caer en la tentación de favorecer a sus aliados o perjudicar a sus adversarios desde su posición de poder. Así, se ganaría el respeto y la confianza de los electores, que valoran la honestidad y la independencia en los candidatos.

Un tercer beneficio es que se anticiparía a una posible inhabilitación legal o constitucional para postularse a la presidencia mientras se ocupa un cargo público. Aunque esta norma no está clara ni definida en el marco jurídico dominicano, podría ser invocada por sus oponentes políticos o por algún tribunal para impedir su candidatura. Mejía podría evitar este riesgo si renuncia a la alcaldía con suficiente anticipación y se inscribe como precandidata dentro de los plazos establecidos por la ley.

Hora hablemos de los riesgos de postularse mientras se ocupa un cargo público

Uno de los riesgos de postularse mientras se ocupa un cargo público es que se pierda el apoyo y la simpatía de los ciudadanos que votaron por ella para que fuera su alcaldesa por cuatro años. Estos podrían sentirse defraudados o traicionados por su “ambición política”, y pensar que solo utilizó la alcaldía como un trampolín para llegar a la presidencia. Esto podría afectar su credibilidad y su legitimidad como candidata.

Otro riesgo es que se descuide o se deteriore la calidad de los servicios públicos que ofrece la alcaldía, debido a la falta de atención o de recursos que implica una campaña presidencial. Mejía podría ser acusada de negligencia o de incompetencia por sus detractores, que aprovecharían cualquier falla o inconveniente para descalificar su gestión y su candidatura. Esto podría dañar su reputación y su popularidad como alcaldesa.

Un tercer riesgo, y para mí, el más importante, es que se enfrente a una fuerte oposición política y social por parte de los sectores que no comparten su visión o sus intereses. Mejía podría ser objeto de ataques, denuncias, sabotajes y protestas por parte de sus adversarios, que buscarían debilitar su posición y su imagen como alcaldesa y como candidata. Esto podría generar un clima de inestabilidad e ingobernabilidad en la ciudad y en el país.

A la luz de estos argumentos, es recomendable que Carolina Mejía se desligue por completo en términos administrativos de la alcaldía del Distrito Nacional para cerrar ese ciclo y comenzar uno nuevo en la conformación de su equipo nacional. Al tomar esta decisión, se evitarían los riesgos y se aprovecharían los beneficios asociados. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta opinión es puramente personal y se basa en la experiencia y el análisis de un admirador de su carrera, quien ve en ella todas las posibilidades de convertirse en la primera mujer presidenta de la República Dominicana.

Ing. Edgar Caraballo
Miembro fundador del PRM

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