Por Richard Perez

En el año 1991 estando en el cine de Jimani, provincia Independencia, recibí una carta de la Escuela Normal Urania Montas, de San Juan de la Maguana, aprobando mi pasantía por espacio de 21 días. Ese período de tiempo fue para evaluar, calificar y determinar mi aprobación como estudiante de magisterio. Más de dos mil aplicamos para dicha oportunidad y solo 343 fuimos llamados. La edad de los postulantes oscilaba entre 14 a 18 años. Después de recorrida la pasantía, donde recibimos docencia de todas las áreas y seguimiento a nuestras conductas y formación, fuimos enviados a nuestras casas. Al pasar algunas semanas, unos ciento y tantos fuimos llamados a formar parte del programa magisterial de mayor nivel formativo existente en la República Dominicana. Durante un poco más de tres años, con la modalidad de internado, decenas de jóvenes, debidamente supervisados por los maestros especialistas de más alto nivel académicos y de elevados principios y valores, nos acompañaron como padres y madres en la difícil tarea de formar para educar.


De los más de 100 que iniciamos, aproximadamente la mitad terminamos la carrera.
Tener un titulo de Maestro Normal, es un gran privilegio, no solo porque en los 80s y 90s era muy escaso poseer una certificación de Educación, sino porque un Maestro Normal era la diferencia en la manera de educar y formar. El Maestro Normal es celoso con la calidad; su enseñanza es integral. Es un ente formador de niños y jóvenes para sean parte de una activa de la sociedad y la transformen en beneficio de las familias.

Los Maestros Normales han continuado su preparación, hicimos licenciaturas, maestrías, otros estudiamos carreras distintas, pero la base, la zapata, fue construida en un internado de más de tres años.

En medio de la crisis del sistema, donde vemos que la mayoría nuestr@s niñ@s de 10 años no leen, ni entienden lo leido; donde una cantidad importante de maestros tiene dificultades con las evaluación para acceder a una posición, tomemos de ese importante presupuesto de Educación para volver y ampliar en todo el País las Escuelas Normales, que fueron y serán la garantía de una educación de calidad, de valores y de principios en nuestra Nación.

El autor un destacado Abogado y Político del Municipio Los Alcarrizos

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